Sus respuestas eran solo gemidos, follando con la madre de mi amigo, los cuales no dejaban de empalmarme, ya no sentía mi miembro de lo duro que estaba y creo que ella lo notaba. Seguí bajando por sus piernas, firmes y suaves al tacto, al llegar a sus pies comencé a masajearlos y de repente ella se volteó diciéndome “así va a ser más cómodo”.
Un bukkake a la española tetona y calentona
Toda rubita, blanquita, un bukkake española y lefada por unas cuantas pollas, vaya delicia. Mi Blancanieves nevada por completo, parecía los Pirineos en pleno invierno. La idea del bukkake fue mía. Una vez pasó ella el «mal trago» de que otro tío que no sea yo se corriera en su boca, se me metió en … Leer más